La historia real de Tabla Periodica Metales No Metales Metaloides al descubierto

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Con relación a el pilotaje, tras investigar los resultados obtenidos en la prueba redactada por los dos grupos y por los 2 periodos, se puede decir que las puntuaciones de los estudiantes parecen progresar con la aplicación de los juegos educativos como estrategia didáctica. Esto se asegura al observar los porcentajes de alumnos aprobados que va de 42,5% a 86,3% y que, a su vez, se observan incrementos en el promedio de notas que va de 12,6 a 18,5 puntos.

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”, trabajo que exponía un sistema de clasificación de elementos basado en analogías químicas43. Era evidente que Gibbs se inspiraba en las máximas de Carl Linneo, el creador de la clasificación de los seres vivos o taxonomía, y buscaba detallar un sistema, una suerte de “taxonomía química” para los elementos químicos. En la iniciativa de Gibbs (no se confunda con J. Willard Gibbs ( ), principal creador de la termodinámica) se orde- naban cincuenta y ocho elementos químicos en catorce familias o grupos que compartían modos de combinarse químicamente , formas transparentes , y tipos de compuestos que podían formar dichos elementos. El trabajo de Gibbs apunta hacia la posibilidad de clasificar los elementos químicos en un “sistema”, sobre la base que similitudes en sus características, algo que va a ser primordial como antecedentes de las propiedades periódicas.

Una vez ubicados los elementos químicos, de forma natural se encontraba que aquellos que tenían características semejantes, quedaban uno debajo del otro en un orden prodigioso. Con las octavas, se sugería una especie de “armonía química”, con todas y cada una de las implicaciones químicas, pero asimismo filosóficas. Con este sistema, Newlands fue el primero en llevar a cabo “conjeturas” de características de elementos químicos, algunas atinadas, como la presencia de un elemento ubicado entre el silicio y el estaño, de peso atómico 73, que hoy corresponde al germanio , una predicción compartida con Mendeléiev, pero también ciertas equivocadas, como la de que existía un elementos situado entre el paladio y el platino57,58. La aceptación de la hipótesis de Avogadro, la determinación de los pesos atómicos poco a poco más exactos en la década de 1820 y los estudios acerca de la reactividad química, produjeron un poderoso encontronazo tanto en la química orgánica como en la inorgánica. De hecho, parecía que los elementos encajaban en “grupos” o “familias”, algo que avizoraba la posibilidad de una “clasificación” para los elementos químicos. El antimonio es un elemento químico de aspecto gris plateado y forma parte al conjunto de los metaloides. El punto de fusión del antimonio es de 903,78 grados Kelvin o de 631,63 grados celsius o grados centígrados.

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Una forma muy parecida a la mostrada en la figura fue concebida en 1895 por Julius Thomsen ( ). El grupo cero se añadió al sistema periódico después del descubrimiento de lord Rayleigh y sir William Ramsay sobre los gases inertes.

En lo que se refiere a la naturaleza de la investigación, el estudio está ubicado en un pensamiento positivista (González, 2003), bajo el enfoque cuantitativo (Hernández, Fernández y Baptista, 2006). Con relación al diseño, se apoyó en un estudio de campo (Arias, 1997; Best, 1982), ya que los datos fueron recogidos directamente de la realidad.

Subyace en esta hipótesis un esfuerzo por ofrecer luces sobre la relación entre la naturaleza de los átomos (moléculas) en el estado gaseoso33, aspecto considerado en la “ley de Gay-Lussac” de los volúmenes de combinación. Obviamente que la propuesta de Avogadro chocaba con los principios esbozados por Dalton, que señalaba que los distintos tipos de átomos diferían no solo en peso sino en tamaño y por consiguiente en el número por unidad de volumen. En este orden de ideas, el químico-físico francés Joseph-Louis Gay-Lussac28 ( ), en 1808, realizó un hallazgo que arrojó luces sobre el número de átomos combinados en un compuesto químico. Haciendo ensayos con gases29, halló que cuando estos reaccionan, los volúmenes de los gases que se combinan mantienen entre sí una razón numérica simple. Consecuentemente, y según lo sostenido por Dalton, era lógico meditar que la razón volumétrica de dos gases que se mezclan entre sí, fuera la misma que la razón en que se mezclan sus átomos constituyentes. Esto último forma un salto definitivo hacia un atomismo moderno30 que en este momento se sostenía, no solamente sobre bases filosóficas, sino lo hacía sobre bases experimentales. Como puede verse, la contaminación de suelos por metales es un problema persistente en varios sitios del territorio.

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• Por otra parte, las industrias preparadas en el desarrollo de metales (siderurgias y metalúrgicas) tienen la posibilidad de producir partículas de dimensiones micrométricas, que son de forma fácil transportables por el viento a gran- des distancias y causar problemas en la salud de ciudades .
• Iones con más grande potencial iónico (p. ej., C4+, Si4+) no existen como tal en solución aguada, sino que se encuentran siempre y en todo momento ordenados por el ion óxido o hidróxido, por ejemplo CO32– y Si4 (este último generalmente representado como H4Si04, Krauskopf y Bird, 1995).

No hubo recomendaciones para la mejora de este recurso, ya que los expertos consideraron que cumple con los objetivos educativos planteados y además y, que exactamente la misma el juego previo, está la presencia de los usos y apps en la vida día tras día de los elementos químicos. Al final, en el gráfico 4 se expone el desglose de los resultados obtenidos en la validación de este recurso.

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En esta tabla periódica de 1869 , los sesenta y tres elementos químicos conocidos se reunían en seis conjuntos o columnas, y en cada una los elementos tenían exactamente la misma valencia. El “sistema periódico”66 propuesto por Mendeléiv tenía una fortaleza adicional, y era su aptitud de “adivinar”. En tal sentido, debió dejar unos espacios vacíos en su tabla, por no encontrar elementos que tuviesen las propiedades que correspondían a ese grupo. Como se puede apreciar, para la década de 1860 estaban sentadas las bases a fin de que, con la información existente sobre los elementos químicos, sus pesos atómicos y su reactividad química, se pudiera construir una clasificación de los elementos químicos en forma de tabla periódica. Esto es en especial cierto, si tomamos en cuenta el progresivo avance en el hallazgo de nuevos elementos químicos. De antemano a 1700 se conocía el antimonio, arsénico, azufre, carbono, cobre, estaño, fósforo, hierro, mercurio, oro, plata y plomo.

Lamentablemente, mientras en unas columnas los elementos eran afines, en otras ocurría todo lo opuesto y, del mismo modo, muchos químicos llegaron a meditar que Newlands solo trataba de demostrar una coincidencia y no propiamente una inclinación. Estas imprecisiones hicieron que su trabajo fuera calificado como poco serio y expuso a una situación embarazosa ante la comunidad científica del momento.

Mendeléiev tenía mucha seguridad en su tabla periódica; se atrevió a disponer algunos elementos en un orden que era opuesto al que correspondía por sus pesos atómicos y retó a los químicos a ponerla a prueba. En el momento en que era profesor de Química, Mendeléiev intentó clasificar los sesenta y tres elementos químicos conocidos en su temporada, para ello hizo un estudio completo de la relación entre los pesos atómicos de los elementos y sus propiedades físicas y químicas, de forma especial con respecto a la valencia. La Tabla Periódica de los Elementos y sus Iones para Ciencias de la Tierra no quiere ser una substitución de la tabla periódica tradicional; las dos son complementarias al presentar y patentizar información que no está que se encuentra en la contraparte. Es de escencial relevancia, no obstante, entender y comprender la tabla periódica tradicional, para lograr apreciar muchas de las virtudes que la clasificación de los elementos y sus iones iniciativa por Railsback proporciona. La generalización y sistematización de los procesos de distinción geoquímica presentados por Railsback hace de La Tabla Periódica de los Elementos y sus Iones para Ciencias de la Tierra una herramienta de escencial importancia para los investigadores de las Ciencias de la Tierra. Al final, el lector es referido a los trabajos auténticos (Railsback, 2003; Railsback, 2005) con el fin de agrandar la comprensión de la tabla a partir de los ejemplos y apps ahí presentes.

En verdad, ahora en 1815 William Prout había propuesto que los elementos se componían de un número discreto de átomos de hidrógeno y, en esa misma época, el químico escocés Thomas Thomson ( ), partidario de la tesis de Prout, había llegado a aproximar los pesos atómicos que había preciso, de manera que fuesen múltiplos enteros del peso del hidrógeno. Sin embargo, las indagaciones del químico sueco Jakob Berzelius35 ( ), y el belga Jean Stas ( ), probaban que los pesos atómicos de los elementos no eran en lo más mínimo múltiplos enteros del peso atómico del hidrógeno, aunque se acercaban. Por lo tanto, podríamos apuntar que entre los aspectos más generales de la química es que se encarga de los elementos químicos que conforman las sustancias, y de los principios (leyes, teorías) que determinan sus combinaciones. Se ensayan algunas muestras de elementos químicos enlistados en los reactivos químicos salvo el sodio e indicadores acido-base y se determinan las siguientes características físicas (color, brillo metálico, maleabilidad, magnetismo, conductividad eléctrica, densidad respecto al agua) Con los datos que obtengas completa la tabla de observaciones .

Permite una realimentación en la identificación de símbolo, grupo, período o nivel, valencia y número atómico de los elementos presentes en la tabla periódica. Como podrás observar, más adelante se muestra la tabla periódica moderna en la que los elementos están acomodados de conformidad con su número atómico (el cual hace aparición sobre el símbolo del elemento) en filas horizontales llamadas periodos (1-7) y en columnas verticales conocidas como conjuntos o familias (1-18), de acuerdo con sus similitudes en las propiedades químicas. La clasificación de los elementos y iones de Railsback no corresponde al primer intento en utilizar el potencial iónico de los iones como factor de clasificación. Víctor Goldschmidt había visualizado un sistema de clasificación afín , pero no consideró que algunos elementos podrían manifestarse varias ocasiones en dicha clasificación debido a que muestran estados de oxidación múltiple. En contraste a Goldschmidt, y de manera anterior, Cartledge (1928a; 1928b) propuso una clasificación de elementos y iones que puede considerarse precursora de la que presenta Railsback , ya que esta sí consideraba el estado de oxidación de los iones en su ubicación en la tabla periódica. La primordial diferencia entre los sacrificios precedentes y la clasificación de los elementos y iones de Railsback es la inclusión del trazo de contornos de potencial iónico, o contornos equipotenciales , que dejan detectar de manera fácil grupos de elementos cuyo comportamiento es afín bajo diversas condiciones y procesos de distinción geoquímica.

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